Tuvo que obtener una autorización expresa de su padre, así como un salvoconducto oficial, para poder trasladarse a Granada, donde cursó estudios entre los años 1940 y 1946. Allí comenzó la carrera de Magisterio. Sin embargo, también se formó como practicante, como se denominaba entonces a quienes ejercían labores sanitarias similares a las de un enfermero, en un momento en el que acceder a este tipo de estudios siendo mujer era una rareza y un acto de gran determinación.
En 1947, Antonia llegó a la ciudad de Écija, donde trabajó como institutriz. En 1958, contrajo matrimonio.
Fue en 1966, cuando volvió a ejercer su profesión sanitaria. Comenzó a trabajar en el ambulatorio de la calle Santa Cruz de Écija y, acto seguido abrió su propia consulta donde Residía, en el centro de Écija( el salón) Esta forma de ejercer desde el hogar era habitual entre algunas profesionales de la época.
Antonia desarrolló una larga y comprometida carrera al servicio de la salud de su comunidad, en tiempos en los que las condiciones eran especialmente duras y el reconocimiento escaso. Se jubiló en 1989, con 70 años, dejando tras de sí una trayectoria marcada por la vocación, el esfuerzo personal y el coraje de haber desafiado las normas impuestas a las mujeres de su tiempo.
Falleció en 2012

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