Carmen Romero Paredes nace en Écija, 2/10/1967, ciudad en la que ha
vivido la mayor parte de su vida y en la que ha desempeñado buena parte de
su carrera profesional. Licenciada en Geografía e Historia con especialización
en Prehistoria y Arqueología por la Universidad de Sevilla, es también Máster
en Dirección y Planificación del Turismo con especialización en Turismo
cultural/arqueológico también por la Universidad Hispalense.
Sus primeros trabajos como profesional de la arqueología en el año
1992 los realiza en Écija, como arqueóloga contratada por el Ayuntamiento
de la ciudad, adquiriendo desde esos momentos un gran compromiso con el
Patrimonio Histórico ecijano. Desde esos momentos desarrolla una intensa y
dilatada carrera profesional, centrada principalmente en la arqueología
urbana, tanto en el ámbito público como privado, abarcando desde
excavaciones arqueológicas hasta musealización y puesta en valor de
yacimientos en diferentes puntos de la geografía española, pero
principalmente en la provincia de Sevilla. A la vez ha ido enriqueciendo su
formación con numerosos cursos de especialización y puesta al día en los
avances, tanto metodológicos como técnicos que han venido aconteciendo
en todos estos años
Desde el año 2009 una gran parte de su trabajo, se centra en la
arqueología contemporánea, concretamente en el ámbito de la Memoria
Democrática. Como miembro de equipos multidisciplinares, su cualificación y
experiencia profesional la dedica a la recuperación de los restos de las
víctimas de la terrible represión ejercida en nuestro país tras el Golpe de
Estado militar de 1936, desencadenante de la Guerra Civil, y que fueron
arrojadas a miles de Fosas repartidas por toda la geografía española.
Ha participado en numerosas actuaciones exhumatorias en Fosas dentro
de la comunidad andaluza, bien como coordinadora o directora de las
actuaciones, bien como técnico dentro equipo.
El objetivo fundamental de este tipo de intervenciones exhumatorias es
la de localizar los restos de las personas asesinadas en esos trágicos
momentos, cuyos familiares demandan saber dónde se encuentran,
recuperarlos y darles un entierro digno, principalmente como una cuestión
fundamental de derechos humanos, pero también como acto de justicia y
reparación. Estas actuaciones posibilitan también poner de relieve la verdad
de los acontecimientos históricos ocurridos en el pasado más reciente de
nuestro país, hechos que durante muchísimo tiempo han sido ocultados o
sesgados. En este sentido, Carmen siente un gran compromiso con estos
trabajos que posibilitan recuperar la memoria de todas esas personas y en su
contribución en conocer la verdad histórica. A través de las evidencias
empíricas que se están recuperando con el rigor científico que ello requiera
estamos conociendo la verdad modificando, de esta forma, el relato de los
hechos históricos que hasta ahora se nos habían contado.
Por otra parte, como para tantas otras mujeres de su generación, el
desarrollo de su carrera profesional no ha sido terreno fácil. El sesgo de
género siempre ha estado pululando, sobre todo en los primeros momentos
cuando no era habitual la inserción de mujeres en el campo de la arqueología